EVA: Buenos días, papá.
JUAN: Buenos días, hija.
EVA: ¡Qué buen tiempo hace!
JUAN: Sí, empieza a hacer calor.
EVA: Me encanta la primavera.
JUAN: Ya está frío. A estas horas...
EVA: ¿Qué hora es?
JUAN: Las once. ¿Qué hiciste ayer?
EVA: Salí con mis amigos.
JUAN: ¿Con Lucía y Javier?
EVA: Sí. Y con más amigos.
JUAN: ¿Los conozco?
EVA: A todos no. Son compañeros de la facultad.
JUAN: Y... ¿adónde fuisteis?
EVA: Javier nos invitó a cenar en su casa y quedamos allí.
JUAN: ¿Ah, sí? ¿Cocinó él?
EVA: Sí. Pero, le ayudó un amigo: Miguel.
JUAN: ¿Miguel? ¿Quién es Miguel?
EVA: No lo conoces.
JUAN: ¿Y qué cenasteis?
EVA: Comimos de primero unas ensaladas, y de segundo hicieron pescado al horno.
JUAN: Entonces, estuvisteis toda la noche en su casa.
EVA: No, después de cenar salimos a dar una vuelta.
JUAN: Ah... ¿Y por dónde fuisteis?
EVA: Fuimos a un bar que tiene música en vivo a ver un concierto.
JUAN: ¿Estuvo bien?
EVA: Sí. Muy bien.
JUAN: Y de allí, volviste a casa.
EVA: No... Estuvimos allí hasta que acabó el concierto.
JUAN: ¿Y después qué hicisteis?
EVA: Fuimos un rato a bailar a una discoteca. ¡Y no hicimos nada más! Javier me trajo a casa en su coche.
JUAN: Vale, vale. ¿Llegaste muy tarde?
EVA: ¡Papá! ¡Pareces policía!
JUAN: Solo pregunto por charlar un rato. No te enfades.
EVA: Llegué a las tres de la mañana, ¿algo más?
CARMEN: No llegaste a las tres de la mañana, cariño. Llegaste a las cinco.
EVA: ¿Me espías?
CARMEN: ¿Yo? ¿Espiarte?
EVA: Yo creo que llegué a las tres.
CARMEN: Llegaste a las cinco y diez. Lo sé porque me levanté para ir al baño y te oí cuando abriste la puerta. Vi que eran las cinco y diez.
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